Como si esto fuera Barrio Sésamo y ‘Coco’ estuviera explicando la diferencia entre cerca y lejos… vamos a tener que explicar cómo aparcar una bicicleta correctamente. Lo mejor, como para todo en la vida, es usar el sentido común.
Cuando ya parecía que la novedad del servicio público de bicicletas desaparecía, ya nos acostumbrábamos a verlas circular y ocupar la vía pública y la oleada de actos vandálicos sobre las mismas estaba remitiendo, resulta que ahora son noticia porque los usuarios no saben aparcarla.
Y es que no hace falta ser un vándalo y colgar una bici en el tendido eléctrico para estar haciendo un mal uso de este servicio. No tener muchas luces y aparcar la bici en mitad de una acera, especialmente si es estrecha, también es hacer un mal uso.
Es una pena tener que rozar la descalificación, pero es que clama al cielo ver algunas de las cosas que se ven. En esta ocasión, el amigo JuanJe Trujillo, propietario del controvertido bar ‘El Pesaor’, es quien denuncia en sus redes sociales este problema.
Ya es difícil caminar por las angostas aceras de la estrecha calle Pio Baroja (perpendicular entre Gonzalo Gallas y Camino de Ronda), pero es que, si llega algún alma de cántaro, carente de una chispa de sentido común, y deja la bici en mitad de la acera, pues ya está metiendo la pata. Y esto ya roza el esperpento si, además, se deja en mitad de la calzada. No pensar en el paso de un peatón, es incívico, pero puede pasar. No reparar en que los coches circulan… ya es de cárcel, por no decir otra cosa.
Ya puede ser la mejor persona del universo, incapaz de hacer lo más mínimo para que el vehículo de dos ruedas en alquiler sufra cualquier daño, que, si deja la bici entorpeciendo el paso, ya está liándola.
Así es muy difícil que el servicio de bicicletas, que es una muy buena idea, goce de buena fama. Bien sea por el vandalismo, bien sea por situaciones como esta, las bicicletas pueden llegar a ser un estorbo. En este caso, alguien con algún problema de movilidad o alguna discapacidad no podría pasar por la acera.
Se echa en falta la disposición de lugares especiales habilitados para dejar las bicicletas o una normativa municipal que regule su aparcamiento y circulación. Porque el problema no radica solo en el estacionamiento de las bicis, sino también en que sus usuarios circulan por donde les viene en gana.
En vista de que no existen estas medidas, por favor, utilicemos el civismo y el sentido común. No dejemos la bici en mitad de ninguna parte, donde pueda perjudicar y, aunque tengamos que caminar un poquito, dejar la bicicleta en un sitio más amplio, donde no moleste. No demos lugar a que algún vecino necesitado tenga que llamarnos la atención y menos el ‘Wan’ del Pesaor.